21 de noviembre de 2010

Isla y Rodríguez, “El pueblo sin Ley”


Iván Calderón

El secuestro y ejecución del alcalde electo de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete y de 2 personas más, viene a recrudecer la ola de violencia que se vive en los municipios de Isla y Juan Rodríguez Clara, y a pesar que las autoridades encargadas de la seguridad pública digan lo contrario, esta parte de la entidad conocida como “Los Llanos del Sotavento” se está convirtiendo en una tierra sin ley, donde la cultura del terror y la intimidación hacen gala, ante la inoperatividad de los diferentes niveles de gobierno que nada pueden hacer, para evitar más hechos sangrientos.
Con la muerte de Goyo Barradas y sus acompañantes, suman ya más de 10 ejecuciones con todo lujo de violencia, solo en lo que va del año 2010, e incorpórele usted los demás fallecimientos “sin resolver”, los “especiales y raros” secuestros a mujeres; levantotes y robos a casas habitación y vehículos, que hacen que esta zona sea una de la más peligrosas de toda la entidad, puesto que comparado con las grandes ciudades como Xalapa, Veracruz, Boca del Río o Coatzacoalcos, los índices de criminalidad se disparan en comparación con la densidad de población de las grandes urbes.
Entre los “levantotes” y muertes más sonadas se recuenta a la del agricultor Ramón Martínez Rodríguez mejor conocido como “El Papayero”, quién fue levantado en su propio domicilio a plena luz del día, para luego aparecer en la entrada al municipio de Isla el pasado 11 de marzo, con un “narcomensaje”.
Destaca también la ejecución del empresario piñero Jaime Gasperin Crivelli, quién fue masacrado el pasado 18 de junio, en el restaurant “Los Portales”, donde era socio y siempre acudía a jugar con sus amigos dominó. Días después como regalo del día del Padre, aparecieron decapitados los señores Víctor Rodríguez González y su hijo Javier Rodríguez Juárez, agricultores y representantes populares, fueron encontrados en una comunidad del municipio de José Azueta. Ya entrando a este mes, el 4 de noviembre pasado, el ex comandante de Isla, David Aguirre, fue descubierto con varios impactos de bala en el municipio de Playa Vicente.
Como se dijo antes, a esta lista, auméntele usted la anormal desaparición del comandante de la Policía Federal Preventiva y dueño del restaurant bar “La Ventana” en Isla, David Rojas, de quién hasta el momento no se sabe nada, además de las decenas de cadáveres de mujeres que han sido localizadas con claras señales de violencia sexual en los campos piñeros y demás comisiones de delitos de todo tipo, que hacen que la tierra de los Llanos, se este convirtiendo en un paraíso delictivo.
Es preciso mencionar que estos hechos violentos, tengan o no tengan que ver con el crimen organizado, se tienen que esclarecer o si al menos se les da el clásico “carpetazo”, es necesario que se avale la seguridad de los pobladores de estos municipios que día con día emigran a otros lugares, para salvaguardar su vida y la de los suyos.
Suena burlesco señalar que el procurador de justicia Salvador Mikel Rivera, afirme que en Veracruz se vive paz y estabilidad. Si tan solo disfrutara de una agradable estancia de un fin de semana en aquella zona, en cualquier casa, de cualquier hijo del vecino, se daría cuenta, que es todo lo contrario, puesto que a pesar de la llegada del ejercito mexicano y de los constantes rondines de las corporaciones policíacas, el terror con el que viven los habitantes de este paraíso delictivo, es el pan de cada día.
Bajo este contexto y como ingrediente extra, multiplique la pobreza extrema que se respira en esta región de Veracruz, puesto que a pesar de los esfuerzos de los gobiernos, el pueblo de los Llanos del Sotavento, tiene tanto hambre de seguridad, como hambre de esa que aplaca el tronar de las tripas, y sin darnos cuenta, en esta zona de la entidad, el efecto “Cochiloco” lamentablemente no está alcanzando, puesto que los jóvenes, no tan jóvenes y hasta niños, ante la falta de mejores condiciones de vida y sobre todo de un empleo digno y bien remunerado, a lo que se aspira es a pertenecer a cualquier banda delictiva y a poseer mínimo su “troca 4 x 4”.
Es urgente que tantos los próximos ayuntamientos, como el nuevo gobierno del estado de Javier Duarte de Ochoa, a su llegada al poder, den vuelta una vez más a estas tierras y se cumplan los compromisos ceñidos en campaña, ofreciendo inversiones a la agroindustria, creación de empleos, consolidación del tecnológico de Rodríguez Clara, y el fomento educativo, además de una real y verdadera seguridad, que sea garante de la integridad física y moral de todos los ciudadanos.
De no ser así, el futuro para la región de los Llanos del Sotavento es muy incierto y como en un efecto físico de ondas, empezará a resonar en todo el estado, tal y como está pasando en la región de los Tuxtlas, la cuenca y bajo Papaloapan, y si no es que me equivoco, y todo se está adelantando, y sea nuestra herencia ser presa de la delincuencia y que los “Cochilocos” ataquen de nuevo.

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